Esos viejos berretines de la 3era. edad

Continuamos presentando a los colaboradores de bolu Locuras.

En este caso, el personaje que todo emprendimiento periodístico serio comprende en su redacción: el abuelo cascarrabias pero simpaticón y reflexivo que nos deja toda su sabiduría y experiencia de vida. Así como Cora Cané nos educa con pinceladas de conocimiento desde su "Clarín porteño" (lo primero que leo, antes de lavarme la cara es el "sepamoslo" de esa columna y la frase de "dijo Clarasó"), como "Crónica" nos regala aforismos de Narosky, o como Dobal nos alegraba con sus tonterías naif en "De la crónica diaria", Bolu Locuras también tiene su geronte.... ejem, perdón... sugerentes reflexiones.

¿Y quién mejor que alguien que nos ha guiado en la "colina de la vida"? No, ni León Gieco ni Nito Mestre. Se trata de Dino Saurio, mi tío calabrés.

De la familia de los Nario, Dino llegó a sus 5 infantiles años de Cosenza, Italia. Y como pasaba con tantos pioneros que vinieron a "hacer la América", en el registro civil lo anotó algún funcionario pariente de Van Gogh o de Beethoven. Tal vez pasó un zeppelin o un canillita vociferando justo cuando mi tío balbuceaba su nombrecito: Dino Nario. El distraído notario le estampó un "Saurio" que desde aquel día lo acompaña como apellido en su libreta cívica.

Hoy, este hombre probo, pedazo de historia andante, será el encargado de darnos ese "tirón de orejas", ese "chirlo a tiempo" que tanto necesitamos como sociedad, perdidos como andamos en el trajín diario.

"En mi época cumplíamos 18 años y nos daban el pantalón largo y a laburar, nene... No había los Beatles y toda esa drogadicción que pasan todo el día por la televisión", se apasiona colorado como un tomate.

"Ahora miran esas series de pornografía, se las graban y las miran... Se juntan todo el fin de semana a ver Doctor Jaus, Los... ¿Los qué? ¿Los qué, me pregunto yo? Antes eran Los Campanelli, Los Pérez García... No había esa posmodernidad, ¿Que me significa "Los"? ¿Y no me dicen más nada? ¿Se creen que son intelectuales?", se ofusca el tío Dino.

"Yo lo sé porque mi nieto, está todo el día chingui chingui con la guitarrita, ya ni tiempo libre tiene... Porque no labura nuncaaaaa!!! ¿Qué tiempo libre va a tener ese atorrante? Todo su tiempo es libre!!!", se indigna al punto de olvidar que su nieto Benicio tienen sólo 8 años.

"¿Y qué es esa degeneración del feis buk? Hazte fan de la fainá, hazte fan de Faiad. Yo no necesito hacerme fan de Zulma Faiad ni de Nélida Rocca para demostrar mi hombría, por favor... Eso lo necesitan los maricones encubiertos como son los pibes de ahora, nene", se resigna.

Dino es coqueto y a cada frase se detiene. "¿Estoy saliendo bien, querido?", inquiere mientras se peina. Desistimos de seguir explicandole qué es un blog.

"¿Estás grabando?". Sí tío. "Y te digo algo más, antes eramos los nenes con los nenes, las nenas con las nenas, no había pelo largo. Hay que volver a esos valores, eso es lo lindo de la vida", añora.

Le hago una observación. "Sí, estaba la guerra, estaba Mussolini, estaba Franco, acá teníamos a Uriburu... Pero fuera de eso estabamos bárbaro, no había tantas hemorroides como hay ahora, eso viene de costumbres promiscuas que fomentan las novelas como Valientes ¿Qué es eso??? Que alguien me explique en qué carajo habla el degenerado de Mariano Martínez!! ", espeta de corrido.

Antes de que le dé un pico de presión, le proponemos guardar sus enseñanzas para futuras columnas. Y que de paso se lea algún libro de poesía, porque si va a vapulear tanto a los adolescentes vamos a perder al público jóven de BL.

Aunque los púberes, con ua sonrisa inocente seguro piensan como yo: "Este tío Dino es un cacho de historia viviente".

Lo importante. Saber escuchar a los abuelos. Gracias, caro lector.

Vicente Nario, sobrino de Dino.